Music Lyrics






Google
blog de oniric: junio 2004

blog de oniric

miércoles, junio 30, 2004

Me gustan las tormentas

Por mucho que lo desee no acabo de conseguir que mi vida transcurra por cauces serenos.
Tras los primeros besos sucedieron muchas cosas que no voy a contar por ahora. La vida da muchas vueltas, me decían; yo me quiero ya bajar un ratito de la montaña rusa.
En Enero planeé con mucha ilusión unas vacaciones en la nieve. Los dos primeros días fueron deliciosos. Pero, ¡ay!, al tercer día no sé yo para dónde iba mirando, si había una cáscara de plátano en la nieve o tal vez fue la mano del destino.
Salí volando con mis esquíes.
Mi primer deseo, cuando me recogieron con una camilla hinchable que se ajusta a tu cuerpo para que no se te descoyunte ningún miembro, fue pedir un cigarro. Pero ví la situación desde fuera:
una camilla, acompañada por esforzados equipos de salvamento de pistas, a la que iban a parar diversos aparatos para controlar mis constantes vitales, de la que sobresaldría una mano, un cigarro y humo.
Me contuve a tiempo.
No provoqué, pues, la perplejidad de mis salvadores.
La situación me agobiaba. Pensaba yo que, por quejica, estaba haciendo trabajar a un pelotón de gente que tendría mejores cosas que hacer. Sentimiento que se incrementó cuando me introdujeron en la ambulancia, preparada con un sofisticado equipo técnico y personal que me trataban con un cariño que pocas veces he recibido en mi vida.
En el hospital no deseaba yo nada más que se confirmaran los peores pronósticos y que todo el trabajo que había dado no hubiera sido en vano. (Aparte de un cigarro rubio, por favor, por favor).
Efectivamente. Mis deseos fueron satisfechos con una mínima dilación (excepto el cigarro).
Tras esta aventura, tuve que pasar bastante tiempo en la cama.
Encontré allí los momentos de paz que pocas veces he tenido, para pintar.
Uno de los resultados fue una serie sobre tormentas marinas, modesta, pero que me llenó de satisfacción.
¿Aburrirme yo en la cama?¡No, nunca!
Pasaría varios meses y tan a gusto.






martes, junio 29, 2004


Me gustan las tormentas

No contar� esta historia

martes, junio 22, 2004

Siguieron otros besos

(Recomendable leer primero la entrada anterior)

A pesar de ese primer tropiezo, sorprendentemente, le seguí gustando a Julio. Así que, durante las no-vacaciones nos escribimos largas y amorosas cartas. Por este medio tan anticuado conseguimos que nuestro cariño soreviviera hasta el siguiente verano.

Ya he dicho en algún sitio que me identifico con el personaje de Tornasol; el problema es que por fuera soy tan distinta de él - cosa que podréis comprobar si algún día me decido a poner una foto - que nadie, aún conociéndome de tiempo atrás, advierte este parentesco. Eso es fruto de numerosos malentendidos con respecto a mi personalidad y a las intenciones de mis actos. Yo misma he tardado mucho en comprender a qué se debían algunos de mis problemas con los que me rodeaban.

La cuestión es que Julio y yo seguimos saliendo y queriéndonos con más confianza. Uno de esos días se celebró una fiestecilla en casa de unos amigos cuyos padres habían tenido la imprudencia de desaparecer.

Supongo que sabréis lo que son esas cosas. Luces débiles, alcohol, música romántica. Yo no suelo beber, pero también es cierto que piso una chapa y no sé lo que hago.

Julio y yo estábamos sentaditos en un sillón, muy acaramelados, muy tiernos. En un determinado momento tuve que levantarme para ir `to the ladies´.

Al volver, como le había echado mucho de menos en esos cinco minutos, le dí un tierno beso, pero...
...horror...
...no tardé en advertir que me había equivocado de sillón y de chico (aún cuando él, todo hay que decirlo, no protestó en absoluto).

Comprenderéis querido lectores que aunque este suceso, ahora, me haga reir mucho, en aquel momento supuso para mí un golpe tan fuerte como cuando atraviesas a toda mecha un cristal en el que no habías reparado.

viernes, junio 18, 2004

El primer beso (o uno de los primeros)

Tendría yo unos quince años y había vuelto como veraneante a mi tierra, Galicia. Allí en verano tienen la costumbre de celebrar hermosas fiestas en los pueblos, a las que acuden todos los lugareños de los alrededores.

Estaba yo teniendo un éxito tremendo; pero había un chico en especial, Julio, que ya había conseguido entrar en mi corazón días atrás. A él le concedí más bailes que a los demás y, a pesar de su timidez, se las apañó para que nos paseásemos juntos por el hermoso bosque lindero, bañado por la luz de una triunfante luna de Agosto.

Nos sentamos sobre la hierba, me rodeó los hombros tiernamente con un brazo y tras un largo titubeo, se atrevió a acercar sus labios a los míos y me besó con suavidad.

Yo me sentía muy, muy nerviosa. Nos quedamos juntos y abrazados sin saber que decir, tan sólo sintiéndonos el uno al otro; todo muy dulce, muy inocente.

Cuando me levanté, noté algo raro, sentí algo que, creo, no había experimentado nunca antes, una extraña presión.

En realidad,enseguida lo descubrí, no era nada de gran trascendencia, simplemente, había estado sentada sobre una caca de vaca...
...enorme

Soñar

Si pudiera elegir mi modo de vida, soñaría mucho más. Estoy convencida de que hay una parte de lo que llamamos "realidad", en los sueños y esa parte nos ha sido usurpada por la otra realidad, la del "no sueño".

Una jugarreta más para esclavizarnos disimuladamente, con mucho cuidado.

Recientemente he conocido a una interesante tribu. Alguna vez,ahora, abriré los ojos con gusto, por que ellos están ahí.

La inauguración de este blog en la intimidad, está dedicada a ellos, y a las personas que acarician, que sonríen, que miman y acunan.

jueves, junio 17, 2004