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blog de oniric: enero 2006

blog de oniric

martes, enero 31, 2006

muy breve

No tengo mucho tiempo de escribir, así que, por cambiar de tema, añadí la impresionante foto de abajo. Si le dáis al recuadrito de la derecha, os podéis descargar el organizador de fotos Picassa, de google, esa fantástica empresa.
Si ponéis el puntero sobre el título, tenéis un link a la "foto astronómica del día", un site muy interesante promovido por los aventureros del espacio.

ISLANDIA 1991. ERUPCION DEL VOLCAN HECKLA Y AURORA BOREAL

 Posted by Picasa

sábado, enero 14, 2006

MOBBING 3

He tenido unos pocos días de descanso que me han sentado divinamente y me han ayudado a olvidar. Sobre todo, unos cuantos días que pasé en una casa de campo en fin de año con unos treinta amigos. Recuerdo haber leído en el blog de El Porrón Milenario, lo que él era capaz de hacer para ver a sus amigos - muchos de los cuales son los mismos con los que yo estuve -, y le comprendo perfectamente.

Sí, esta es una suerte magnífica que tengo desde hace un par de años, contar con gente maravillosa, especial, ingeniosa, dulce, todo lo que se pueda decir es poco. Forman "la tribu" que he estado buscando durante toda mi vida, de la que hablaba al principio de mi blog.

Hablando de gente magnífica, creo que mis nuevos compañeros de trabajo también lo son, muchos de ellos. No sé como se la ha apañado el jefe para reunir algo así. Tampoco eran malos mis anteriores colegas, creo, al menos, en general.

Sigo dándole vueltas de vez en cuando a qué narices ha pasado. No doy ninguna hipótesis por totalmente cierta, ni por totalmente descartada. Puede ser lo que comenté en mi último post acerca de esta cuestión o puede ser lo que me dice una gran e inteligente amiga: que yo reté a mi jefe; yo, por más que lo pienso, no lo veo así, pero es posible que él lo haya entendido de esa manera. También, creo yo, podía haberse dado cuenta que siempre que me ha pedido algo he corrido a hacerlo a toda velocidad y he hecho más, incluso, de lo que quería.

A ver, vayamos a los hechos. Todo iba estupendamente o, al menos, digamos, pongamos, no iba mal. De pronto, un compañero se va de vacaciones, y a mí me encargan toooda su tarea. Como es lógico, tengo que aprender a hacer lo que él hacía, fundamentalmente, a usar el programa específico que se había construido para subir contenidos a una página web.

Me pongo en contacto con la persona que puede hacerlo, que me ayuda con muy buena voluntad, dentro de lo que ella puede, pues el único que sabe cómo va todo, es el compañero que ya se ha ido. Es decir: el dichoso encarguito lo recibo cuando él ya está, náaa menos que en la India, es decir, imposible contactar con él.

Así que, muy chula yo, me aprendo a manejar lo fundamental del programa en una sola mañana, lo cual me pareció, sinceramente, un record, y me pongo a subir los contenidos urgentes.

Pues no, mira no. Que, de pronto, me llegan los compañeros con un montón de peticiones originalísimas de lo que tengo que hacer. Los pobres tampoco se hacían mucha idea de como era lo de poner contenidos en la web y, por tanto, me mandaban algunas cosas sin redactar, o que tenía que andar buscándolas yo, o cosas que no se podían poner o cosas que no se podían poner en ese momento, sencillamente, por que ni yo, ni la otra chica que me ayudaba, sabíamos cómo, el único que tenía la llave estaba en alguna playa de Goa, o quizá caminando por Bombay.

De pronto, se me llama a capítulo. El jefe me pide que, además, actualice un fondo documental de la web. Nadie sabía cuáles eran los documentos que ya se habían metido, había que ir mirándolos uno por uno, además, aprender a manejar también esa parte del programa y blablabla.

Además, yo no sólo tenía que hacer eso, sino también otras muchas cosas. Mi función era doble: tenía que atender también las peticiones de otro jefe. Todo era para antesdeayer y no me quejo, pero también una espera que se le reconozca el esfuerzo y, sobre todo, la humanidad: es decir que sólo tengo dos manos, vaya.

En fin, por no alargar más: me vuelven a llamar a capítulo, vaya que me llama el jefe supremo. Su actitud es: lo has hecho todo fatal. Me dice que se acabó, que las tareas que me había encargado, ahora las harán otros.

Bueno, es el jefe, lo que él diga tiene que ir a misa. Pero yo me siento fatal. Ultimamente no es que goce de una salud excelente, el año pasado tuve un accidente que me está pasando factura. Me dí de baja un par de semanas: deprimida, insomne, con dolor de espalda, de cabeza, en fin, hecha una pena.

Así que la otra hipótesis es: la cagaste, Burt Lancaster, ha sido la baja de las narices.

Y la otra: en realidad, eso era lo que iba buscando tu encanto de jefe, acabar contigo.

Sí, mis nuevos compañeros son maravillosos. El jefe supremo, superpower, un hombre muy educado; el que le sigue: power, un encanto, simpático, inteligente. La que le sigue, mi jefa directa, otro encanto de mujer. Pero yo estoy hecha una pena, me siento como si hubiera cometido algún crimen y ya me lo han dicho: no hay ninguna oportunidad. Lo comprendo perfectamente: darme una oportunidad a mí, sería ponerse en contra de mi jefe anterior. Pero eso no hace que está más contenta.

martes, enero 03, 2006

FELIZ AÑO NUEVO